Volverse mestizo | Neli Saporiti en Jornadas Horacio González
Intervención de Neli Saporiti, maestranda en Estéticas Contemp. Latinoamericanas Undav, puede segurise en youtube Jornadas Horacio González . Timeline: desde 1h 42' 14'' a 1h 57' 35''
Como muchos aquí tengo recuerdos afectuosos de situaciones vividas con Horacio. En mi caso tiene que ver primero con su gestión en la Biblioteca Nacional. Durante el período de Mauricio Macri como Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, las puertas del Teatro Colón y otros centros culturales se cerraron, y se abrieron las de la Biblioteca, tanto para músicos de la Contemporánea como para los populares. Pude cantar algunas veces allí, acompañada por el hermoso piano Yamaha que compraron y que eligió Gandini.
También me volví a encontrar con Horacio cuando impulsamos la elaboración de la Ley Federal de las Culturas, en 2014 y 2015, cuya presentación él redactó.
Cuando comenzaron los años del gobierno macrista todo se oscureció. Algunos compañeros perdieron sus trabajos, otros tuvieron que volver a sus provincias, otros tratamos de resistir y mantener vivos los derechos adquiridos, como la construcción del Instituto Nacional de la Música. En ese tiempo fue muy importante comenzar a cursar la Maestría, un espacio de sentipensares y haceres en medio de tanta penuria. Y aquí nos volvimos a encontrar con Horacio durante su seminario de 2017 en CIA. Entre los objetivos de ese curso decía: "Explorar el tropicalismo y la antropofagia como manifiestos de las vanguardias, su relación con la modernidad y la representación". Escribí entonces un trabajo sobre una canción de Adriana Calcanhotto, Vamos comer Caetano, que me permitió hablar sobre ambos movimientos específicamente en la música y la canción, que son mi campo.
Releyendo los apuntes de entonces recordé todo lo que me había interesado el enfoque de Horacio y su conocimiento de la canción popular y sus cultores. Y me pareció que a veces, sorprendentemente, Horacio pensaba en relación a la canción, como me sucede a mí, en general desde la canción popular, tan vinculada al cuerpo y a la construcción de lo colectivo, y tan sospechada de sentimentalismos. Por ejemplo, en una nota sobre la guerra en la revista Topía de 2002, Horacio se refiere a la cuestión de los sentimientos citando aquel canto de cancha "es un sentimiento, no puedo parar". Dice que la filosofía real establece un punto de suspicacia frente al sentimentalismo. "Mira con interés sus exteriorizaciones, pero de inmediato los pone frente al cincel de otras fuerzas, que pueden ser las de la razón, las de la lógica, la de los conceptos, las de la simulación o simplemente las de las formas civiles de la convivencia".1
Y también recuerdo sus ejemplos con canciones de compositores populares: Spinetta, el Indio Solari, Caetano Veloso, Chico Buarque, tal vez su preferido.
Este pensar desde la canción es algo que propone claramente el tropicalista Caetano Veloso, cuando dice en su canción Língua, (que incluye en forma rapeada reflexiones sobre lo que puede la lengua y lo que significa):
É melhor fazer uma canção
Está provado que só é possível
O filosofar em alemão
O la filósofa tucumana Lucía Piossek, compañera de Leda Valladares y fundadora con ella del Coro Universitario de Tucumán, cuando propuso una cátedra de Filosofía Argentina a la Universidad de Tucumán y le contestaron que tal cosa no existía. Entonces la denominó Pensamiento Latinoamericano, e incorporó poetas, ensayistas y artistas para pensar desde ellos.
Esta relación tensa con la cultura europea aparece en el Tropicalismo y la Antropofagia, el modo de devoración como transformación creadora, sobre los que nos habló Horacio en la clase del 24 de junio de 2017 en CIA. Voy a citar algunos fragmentos de la desgrabación, pero les propongo una re-escucha tratando de evocar los sonidos siempre suaves y casi susurrantes de su voz que resuenan en nuestros oídos, su modo de hablar, su tono, y sobre todo, la invitación a la conversación.
Voy a leer una versión en castellano de la letra esta canción.
"Un indio", de Caetano Veloso3
De una estrella que vendrá a una velocidad vertiginosa
Y se posará en el corazón del hemisferio sur
En América, en un claro instante
Después de exterminada la última nación indígena
Y el espíritu de los pájaros de las fuentes de agua límpida
Más avanzado que la más avanzada
de las más avanzadas de las tecnologías.
Vendrá
Impávido que ni Muhammad Ali
Vendrá, porque yo lo vi
Apasionadamente como Peri
Vendrá, porque yo lo vi
Tranquilo e infalible como Bruce Lee
Vendrá, porque yo vi
La energía del bloco Filhos de Gandhi
Vendrá...
Un indio preservado en pleno cuerpo físico
En todo sólido, todo gas y todo líquido
En átomos, palabras, alma, corazón
En gesto, en aroma, en sombra, en luz, en sonido magnífico
En un punto equidistante entre el Atlántico y el Pacífico
De un objeto así resplandeciente descenderá el indio
Y las cosas que yo se que él dirá, hará
No se decir así de un modo explícito
Y aquello que en ese momento se revelará a los pueblos.
Sorprenderá a todos no por ser exótico.
Sino por el hecho de poder haber estado siempre oculto
Cuando tendría que haber sido lo obvio.
¿Qué nos revela esta antropofagia? La posibilidad -superadora- de una nueva cultura: la cultura antropófaga. Así comienza el manifiesto: “Sólo la antropofagia nos une. Socialmente. Económicamente. Filosóficamente.”
No se intenta recuperar un indio tranquilo, pacífico, ingresado melifluamente a la civilización. Se promueve, en cambio, otro indio: el salvaje. Tampoco remite a un indio geográfico. Remite al brasileño moderno. Aclara en el tercer párrafo: “Tupí, or not tupí that is the question”
La nacionalidad que dibuja el manifiesto es precolombina o, al menos, posee un origen precolombino. Asi lo expresa: “Antes de que los portugueses descubrieran Brasil, el Brasil ya había descubierto la felicidad.”.4
Para finalizar, y volviendo a Horacio, si la Antropofagia es una invitación al mestizaje, un tropo o una gran metáfora para pensarnos, ¿que forma tomaría "volverse mestizo", "volverse tupí", "volverse indio" hoy, cuando padecemos este devenir catastrófico de un capitalismo fuera de todo límite que aspira a ser una realidad única?¿Cómo crear en los márgenes a partir de restos vivientes y heridas abiertas que se mantienen bajo cualquier superficie de pensamiento y acción en nuestros territorios? Cuando se destrozan las palabras y se proponen sonidos que son gritos de batalla e invitación a la muerte, ¿que cantos pueden ser expresión de esa voz mestiza y cuál puede ser su potencia-estética política? Son preguntas que quedan planteadas.
Neli Saporiti
1-González, Horacio: “Hablar sobre la guerra”. Revista Topía, enero de 2002, https://www.topia.com.ar/articulos/hablar-sobre-la-guerra
2-González, Horacio, Maestría en Estéticas Contemporáneas Latinoamericanas, UNDAV, clase del 24 de junio de 2017, CIA.
3-Traducción de Neli Saporiti para esta ponencia.
4-Ver: Dubin, Mariano (2010): El indio, la antropofagia y el Manifiesto Antropófago de Oswald de Andrade, En: Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. http://www.ucm.es/info/especulo/numero44/manantro.html
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